lunes, 10 de agosto de 2015

La oportunidad en la adversidad

Recuerdo que en el año 2000 leí en Urbe, en la sección de "Dice la gente" (su versión de "El correo del pueblo"), a una chica decir que ella estaba muy consciente de que jamás iba a salir de su pobreza y que con la revolución, al menos, iba a llevarse la satisfacción de que los demás estuvieran tan jodidos como ella...eso cuando en los medios, cualquier opinión tenía cabida. Sin embargo todos sabemos que por Chávez votó gente muy variopinta: Pobres, clase media, empresarios...los apoyos fueron muchos y variados. Uno se da cuenta del analfabetismo político que tenía la sociedad venezolana (yo me incluyo, porque era una chama de 23 años que no se fijaba en los detalles en los que puede reparar un chamo de esa edad en 2015), cuando contrasta el discurso de Jorge Olavarría de 1999 en el Congreso, con las razones que motivaron, sobre todo a la clase media, a respaldar electoralmente a Chávez, ignorando por completo ese discurso que dio en La Habana apenas 4 años antes de las elecciones, cuya primera perla fue "Es la primera vez que vengo físicamente, porque en sueños a Cuba, vinimos muchas veces los jóvenes latinoamericanos. En sueños a Cuba vinimos, infinidad de veces, los soldados del ejército <<bolivariano>> que desde hace años decidimos entregarle la vida a un proyecto revolucionario, a un proyecto transformador". Las razones de esos votos de 1998 eran aspiracionales: Los pobres aspiraban a ser tomados en cuenta de forma estructural, no coyunturalmente (ergo, electoralmente), empoderándolos, haciéndolos partícipes; la clase media aspiraba a la erradicación de la corrupción que diluía sus esfuerzos por mantener su calidad de vida o mejorarla; un gran número de empresarios aspiraba al despegue efectivo de la diversificación de la economía. Todas éstas, promesas electorales.

Con el paso del tiempo la clase media fue atacada, calificada de "emputecida y putrefacta". Los inmigrantes, que una vez llegaron hambrientos, en muchos casos con una educación precaria, y se convirtieron en la muestra viviente de superación a través del esfuerzo, fueron engullidos por esa mezcolanza histórica que los asociaba con el saqueo de la colonización, y sus hijos y nietos, sometidos a una campaña malsana que pretendía dejarlos desprovistos de gentilicio por su color de ojos o de pelo, sus rasgos faciales o sus pecas. En definitiva, mientras se enfrentaba a ver aun más diezmado el fruto de su esfuerzo, paradójicamente era tildada de sifrina y wannabe, satanizando la aspiración en sí misma. La empresarial fue convertida en un reducto de esclavistas, especuladores y terratenientes, según el discurso oficial. Pasó de ser un aparato productivo a ser culpable de los males del país, sin importar cuál fuera el mal. Lo que me hace preguntarme si esa publicación en Urbe no sería la parte del plan de adoctrinamiento que nos tocaba a los que no nos creemos adoctrinados: Creernos que todos los chavistas son resentidos, que ninguno se esfuerza, que todos nos odian.

En torno a estos conceptos inducidos que teníamos unos de otros, se fueron perdiendo los valores, el respeto, la cordialidad, la convivencia...se fue abriendo una brecha moral que, creo, es el más grande lastre que nos tiene anclados al subdesarrollo como seres humanos.


Ahora que han entrado a la palestra Isabel Pereira y Tamara Adrian, que elevan el nivel del discurso con criterio y argumentos, María Corina dispone del tiempo que no se tiene cuando se está en campaña a la luz de los focos y puede "perseguir fines superiores más allá de un cargo"; y se han creado otras redes, excluidas del ámbito electoral, pero activas en las comunidades y dispuestas a acompañarlas a través de esta inmensa crisis, existe la oportunidad de trabajar para recuperar esos valores que nos urgen como sociedad y como ciudadanos (y que son, entre otras cosas, los que fundamentan la democracia), incluido el rescate del deseo a aspirar y a superarse (ese trabajo TIENE que hacerse, somos una sociedad enferma); mientras los que solo razonan con criterio electoral se dedican a lo que saben hacer y lo único que pueden aportar -No imagino a Ramos Allup metido en un barrio hablando con la gente, pero a Maria Corina si-. Es cuestión de cambiar el enfoque. Si se hace bien y todo engrana, si dejamos de vernos como enemigos entre todos, si decidimos ser mejor oposición y ver un poquito más allá de unos comicios, es una forma de sumar a la Unidad verdadera, esa que en palabras de la propia Isabel Pereira, "no es privilegio, ni patrimonio de ningún sector". Votar, hay que votar sin duda, pero ganar no es solo votar. 

Y a mi también me arrecha la MUD, y yo aun resiento la decisión de Freddy Guevara, enormemente...pero es la MUD la estructura que tiene la capacidad de hacerle frente al PSUV en términos electorales. Vamos a sacarle provecho a lo único que sirve de ella.



TODO SUMA SI NOS LO PROPONEMOS Y DEPENDE SOLO DE NOSOTROS.


Vuelvo a subir esta imagen porque es pertinente.

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