viernes, 7 de agosto de 2015

El valor de María Corina y su suplente moral

No voy a hablar de valor en términos épicos (creo que su valentía -para quien se fije más allá de su acostumbrada retórica melodramática- está a la vista y no sería capaz de convencer a quienes no le den aprecio a esa cualidad), sino del valor discursivo, del contenido en sí del discurso dado por María Corina e Isabel Pereira el día 6 de agosto de 2015.

El 2 de abril hablé de la necesidad de una idea ganadora y de ella dije:

No puede estar basada en el pase mágico hacia un mañana mejor, olvidando que el proceso para llegar a ese día va a ser largo y sufrido; tampoco en ignorar que están los de un lado, los del otro y los del medio, mucho menos ignorando a los que están de TU lado, haciendo que aglutinar sea una misión casi imposible. El sentido de pertenencia de esa idea debería ser el de la reconstrucción participativa, el de juntos podemos...no el "dame tu voto y ya veré yo cómo lo arreglo"...no es momento de pavonear los egos y las colas de paja con tanto desparpajo...y a quienes les queda un poco de moral y buenas intenciones, deberían dar un paso al frente ahora, antes de que las estructuras los absorban por completo y pasen a la lista de "serviles", que en mi opinión es mucho peor que la de "radicales"...aunque todo depende del bando desde el que se mire. No es requisito ser incendiarios, pero si tener los oídos y los ojos más abiertos, y la mente más amplia; ser más responsables y querer más al país que al poder. 

La idea ganadora será aquella que logre que todos entendamos que estar mejor de lo que nuestra actual miseria nos hace sentir, es nuestro derecho, no la concesión bondadosa del gobierno, y si éste no reconoce nuestros derechos, entonces merecemos otro...pero no cualquiera, sino uno que se sienta más venezolano que líder. Uno que quiera ejercer la política como dicta la norma, no la tentación del poder...así ya tenemos como 30 años y sólo hace falta mirar alrededor para ver los resultados.

El 23 de marzo hablaba sobre el bajísimo nivel del discurso político:

Quería hablar sobre la vergüenza que me producían, como venezolana, los argumentos de poca monta con los que se discutían los asuntos del país en las redes sociales y la bajeza, nivel colegio, con la que se acusaban unos a otros de "patriotas cooperantes", "radicales", "beatas", "divisionistas", "capriliebers", etc., o acusaban a Capriles de "maricón sin bolas", a María Corina de "histérica", a Leopoldo de "caudillo"...a activistas emergentes como Julio Jiménez de "negro comunista de barrio"...lo que me hace preguntarme si eso es lo único que tenemos para decir en medio de la crisis más importante de la historia de nuestro país, ese que todos coincidimos en amar, si ese es nuestro aporte al ya bajo nivel discursivo de los políticos. Para el régimen, todos los que conformamos la oposición, pensemos como pensemos y defendamos a quienes defendamos, somos sus enemigos por default, porque si...sencillamente porque no nos dejamos imponer su ideología. Atacarnos unos a otros es hacerle un favor al opresor y es más divisionista que cualquier exigencia de los actores extra MUD.

El 14 de marzo hablé del acostumbramiento y la autodeterminación, y dije esto:

Siempre he defendido (y lo sigo haciendo), que en la pluralidad opositora todo suma, que tener distintas perspectivas y tomar diferentes acciones, no es negativo si el objetivo es el mismo y si una estrategia no menoscaba la otra. Lamentablemente, los cálculos inmediatos de los actores políticos han impedido capitalizar el terreno ganado, socavado la confianza en ellos, menospreciado a la sociedad, contribuyendo a su deshumanización al percibirla como mero electorado, haciendo cálculos para ganar espacios políticos en una estructura dictatorial donde son un adorno necesario. Esos espacios también son necesarios para nosotros, como una forma de resistencia a la entrega absoluta...pero no son lo importante, sino lo inmediato. 

Lo importante es aglutinar a todos los sectores de la población, opositores y oficialistas (y toda su escala de grises), en torno a la idea de un nuevo pacto social, alejado del actual modelo, que alimente la voluntad colectiva de levantar al país, no a individualidades políticas. Un pacto que tome en cuenta a la sociedad que lo reclama y al mismo tiempo, la comprometa a formar parte. Esto es imposible si las cúpulas mantienen la distancia de las bases, si los actores políticos mantienen la distancia unos de otros y si el cálculo político está por encima del reclamo social. Sin esta comunicación necesaria entre todos los sectores, no es posible fijar un objetivo común, y el objetivo común es lo importante, en lo inmediato y a futuro.


Y ayer escucho con atención estas palabras, de boca de María Corina e Isabel:

  • Líderes al servicio de los ciudadanosContribuir al difícil y complejo proceso de lograr ser una sociedad que comparte valores con posibilidad de ser mejor si así lo decidimos. Venezuela puede superar esa crisis moral terrible donde pareciera que todo está perdido.
  • Perseguir fines superiores más allá de un cargo y no ser obstáculo o barrera para que los venezolanos puedan tener el cambio que necesitan y que aspiran. No se trata de cuotas, se trata de principios. No hay victoria posible de espalda a la sociedad civilRespeto a los electores. Este proceso electoral, más que político es existencial. El triunfo electoral requiere que primero derrotemos políticamente al régimen antes del 6D.
  • Promotores de la Unidad, pero de una Unidad sin sumisión, capaz de discutir y no de suprimir las voces disidentes. Creemos en una Unidad que incluya a los partidos políticos y también a todas las fuerzas ciudadanasLealtad a Venezuela. La Unidad del pueblo venezolano no es privilegio ni patrimonio de ningún sector, es la unidad moral del espíritu de todos los venezolanos que quieren para su país, para su gente, para sus hijos, para las nuevas generaciones, un país donde podamos ser seres humanos completos, a cabalidad, éticos, responsables y prósperos.
  • Construir una Venezuela que transforme esta quiebra moral en la reconstrucción genuina de un país y una sociedad libre, democrática, de prosperidad, alegre y con futuro.
  • Como metamensaje (además de una apreciación personal): La candidatura más representativa de la mujer en la oposición fue bloqueada, irrespetada y excluída.


En mi opinión, este discurso nos volvió a humanizar como ciudadanos, dejó de tratarnos como meros números electorales, elevó el nivel discursivo de los últimos años, nos trató con respeto, dio sentido ciudadano al concepto de "unidad" y lo convirtió en un aglutinante, candidato a "idea ganadora".

Quizás lo mejor que le haya pasado a María Corina (y al país) en los últimos tiempos, haya sido elegir a Isabel para acompañarla a contribuir en el "difícil y complejo proceso de lograr ser una sociedad que comparte valores con posibilidad de ser mejor si así lo decidimos", mientras que la MUD le ha dejado el tiempo para recorrer el país y poder "escuchar, sentir, organizar e inspirar a Venezuela" para la tarea de transformar esta quiebra moral en la reconstrucción genuina de un país y una sociedad.

Su forma de enfrentar ese error político de Freddy Guevara, (a quien responsabilizo directamente aunque las intenciones provengan de otras cabezas), para mi ha estado a la altura de mis expectativas como venezolana y como ciudadana. Está por verse si la dejan desarrollar esa idea ganadora.

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