lunes, 20 de julio de 2015

¿Cuál es el plan?

Llevo desde el año 93 (mis primeras elecciones presidenciales), sin saber cuál es el plan que Caldera, Chávez, Maduro o quien venga, tenía, tiene o tendrá para el país antes de darle mi voto (decir que no voté ni por Caldera, ni por Chávez, ni por Maduro y no sé si por el que vendrá -porque estando como estamos, quién sabe lo que vendrá, no porque no tenga intenciones de votar-). Entre demagogia y populismo me veo convertida en una mujer de 41 años y ni siquiera un proyecto de país o, dadas las circunstancias, lo más probable es que no tenga ni un país en proyecto. Tengo un Socialismo del Siglo XXI, que ni es socialismo, ni es de este siglo. Tengo lo peor de cada casa ahora en mi casa...mafias de narcotráfico, secuestro, extorsión, bachaqueo, guerrilla, milicias; asesinatos horrendos, escasez, represión, censura, fanatismo, odio, miedo, macumba...y los vicios de siempre, el más generalizado de ellos, la corrupción, aunque hablar paja y hacer poco la siguen de cerca. 

Cuando el barril de petróleo no llegaba a los 8 dólares teníamos 40 y pico por ciento de pobreza, y ahora, con el barril a 40 y pico, tenemos el mismo porcentaje de pobres, aunque en realidad el clase media/trabajadora, hoy por hoy también es pobre y a ese no lo cuentan las estadísticas. Ese barril a 100 o 150 dólares sirvió durante 10 años para esconder la realidad, para maquillar lo evidente: Hoy Venezuela es más pobre que hace 17 años, pero mientras hubo billete para gastar y hacer negocios con el gobierno, aunque fuera malo, pocos le paramos. Ese realero también sirvió para envilecer a muchos, fuera por necesidad o por ambición, incluso por una cosa seguida de la otra.

En todo este tiempo de "poder popular", jamás vi a un colegio de... (ingenieros, arquitectos, médicos, etc.), decir "queremos presentar este proyecto para contribuir a mejorar el país" sin que se lo pidieran. Después de todo, quienes votaron por Chávez lo hicieron bajo la premisa de que el poder era del pueblo, pero por lo visto el pueblo no tenía mucho interés en participar sino en que le dieran o lo pusieran donde hay, y la "revolución" tampoco tenía mucho interés en la participación de todos...lo curioso es que una de las premisas del socialismo es "a cada cual según su aporte", de tal manera que, unos aportaron los votos y estiraron la mano como el perro de Pavlov y otros estrecharon algunas manos para hacer negocios a cambio de su consciencia, mientras los que ni estiraban, ni estrechaban manos, estaban cada día más aplastados. Y así nos va.

Llegamos a mediados de 2015 con un venezolano al que el tiempo se le va en ver cómo hace para que le rinda la plata con la que va a hacer la cola para ver qué consigue mientras está mosca de que no lo vayan a robar o a matar por el camino. Un venezolano que no tiene tiempo para mirar a los lados. Un "socialismo" que hizo al venezolano mezquino -en este caso aplica una sola- o por supervivencia, o por ambición. Incluso de unos meses para acá, quien compraba la leche o los pañales para la hija de la comadre, porque los vio en el mercado, hoy no lo hace porque no le alcanza el dinero para hacer su propia compra. Venezuela y los venezolanos viven en economía de guerra, pero no "guerra económica" como dicen por ahí, sino devastación de manos de un modelo disfuncional y malvado.

Que bonito habría sido si a las universidades y a los profesionales en general, aprovechando el envión de la esperanza, los hubieran llamado a concurso para generar proyectos para intentar solucionar: el problema habitacional, con estructuras que aprovecharan espacios, quizás con placas solares para aliviar la carga del sistema eléctrico; o para diseñar cárceles orientadas a la formación y reinserción; o una nueva ciudad universitaria más hacia oriente o hacia occidente (o hacia cualquier lado que no fuera la zona centro), con residencia y comedor gratuitos para los estudiantes de bajos recursos, que fuera además una manera de sacarlos del barrio; o un gran proyecto de ecociudades agrícolas (por muy antagónico que suene) para incentivar a la gente a trabajar el campo sin sentirse en el medio de la nada y descongestionar las ciudades; o un proyecto turístico que conectara a las posadas rurales aprovechando la costa más larga del Caribe, selvas, montaña y desierto, acompañado de una campaña de concientización para no robar a los turistas, con los precios o a mano armada (porque eso no es nuevo, eso no lo trajo el barbarazo); o la creación (por fin) de un Sistema Nacional de Salud, que incluyera la rehabilitación de los hospitales públicos a nivel nacional; o la reorganización de las minas en vez de dejarlas en manos de las mafias, (o cualquier otra cosa pensada por los que saben, porque estas son vainas mías y de ninguno de esos temas se nadita, pero al menos puedo decir que ese es el plan que me gusta como ciudadana, el que incentive la participación en proyectos de estructuras tangibles para el bienestar colectivo, no el patriotero ideológico construido en el aire)...y que bonito si nos hubieran involucrado a todos, transmitiendo estos proyectos, su evaluación y escogencia por VTV o ANTV, (canales que pagamos los venezolanos), no como propaganda política, sino como información a la ciudadanía, en lugar de tanto adoctrinamiento y programación basura.

Ojalá todos esos proyectos hubieran sido fuentes de trabajo en lugar de repartir migajas entre las palomas. Ojalá el dinero y las voluntades se hubieran invertido en ser un país y no una "patria/potencia" fallida y dividida (pero no a mitades), entre los que piden, los que roban, los que sólo piensan en que se les rebosen los bolsillos y los que ni piden, ni roban y están pelando, igual o más jodidos que otros...ser un país modesto que funcione en vez de una "patria" con satélites en el espacio que no le dan de comer a nadie y un cable submarino que nos conecta a la miseria, pero con la velocidad de conexión más baja de América Latina y las tarifas más altas, y el bloqueo selectivo de fuentes de información incómodas. Ojalá los medios tuvieran papel y buenas noticias que darnos, y los artistas pudieran dedicarse a su trabajo y no a ponerle cara a la indignación o a la propaganda oficial. Ojalá cuando el precio del petróleo hizo ¡boom! alguien hubiera decidido invertir en la estructura y no en las simpatías o en juguetes bélicos para desafiar los molinos de viento de las antipatías personales de unos pocos, o al menos alguien hubiera sido previsor y hubiera creado un fondo para cuando el precio cayera. Ojalá el venezolano pudiera tomar leche hecha en Venezuela y no en Nicaragua o en Portugal, carne de Los Llanos y no de Brasil. Ojalá nuestra tierra estuviera sembrada de punta a punta. Ojalá no hubieran camiones saqueados todas las semanas. Ojalá no subieran los precios en un abrir y cerrar de ojos. Ojalá hubieran decidido un aumento progresivo de la gasolina, previo a un acuerdo de renovación de unidades de transporte (para evitar el motín), en lugar de gasolina subsidiada, unidades viejas y falta de repuestos. Ojalá emigrar se decidiera por otros motivos y afuera no se estuviera hablando de nuestra anarquía cotidiana o la prepotencia de los nuevos ricos. Ojalá en Venezuela hubiera empleo en condiciones en vez de acuñar el "bachaqueo" como una profesión. Ojalá cada tanto no hubiera noticias de avionetas y embarcaciones con cargamentos de cocaína que salieron de tu país, mi país...y no tuviéramos ya el primer caso de balseras venezolanas en Trinidad y Tobago. Ojalá la irresponsabilidad no hubiera repartido armas, cortas y de guerra, para defender lo que los intelectuales de la izquierda Disney llaman "revolución orgánica", que es algo así como "como vaya viniendo, vamos viendo" o "Dios proveerá", y al día de hoy se ha cobrado mucho más de 200.000 vidas y contando.

Ojalá alguien hubiera tenido un plan...al menos uno de cara a sus ciudadanos y no a sus espaldas. Porque hoy, en 2015, ni yo creo que ese plan/sueño bonito, que hasta hace 5 o 6 años aun creía posible, pueda funcionar...hoy el éxito se mide por el dinero y los privilegios individuales(istas), la idea general es que el contrario se borre de la faz de nuestra tierra, somos flamantes propietarios de una patria resentida...todo está carcomido por un salitre que no viene de nuestras costas caribeñas pero que al juntarse con el nuestro se potenció, y no veo a nadie, de los que ponen la cara, ofrecerme otra alternativa para que cambiemos desde los cimientos. No hay cambio de mentalidad, solo se piensa en el cambio o continuidad del mando. Entonces ¿cuál es el plan y de quién depende que tengamos un proyecto que nos vuelva a unir para poder convivir con nuestras diferencias y tener un país, modesto pero funcional?. Ojalá alguien me dijera que un equipo de profesionales estuvo desarrollando proyectos tangibles con un barril de petróleo a 20 dólares, porque la idea es diversificar la economía. Yo quiero votar y sé que siempre votaré en contra de lo actual, porque no sirve, pero no quiero que me digan "vota y Dios proveerá", estamos hablando de casi 30.000.000 de venezolanos, no de una función de stand up. Necesitamos más que palabras, proyectos. Yo sé que los políticos están para hacer política, pero hacer política no es solo hacer campaña.